La notación musical en esta época ya va siendo similar a la actual, dado que con la aparición de la imprenta ya no va a ser necesaria la transcripción; cabe destacar la aparición de los compases.
EL BAJO CONTÍNUO
Se trata de la melodía más grave de una composición asociada a una sucesión de acordes, bien escritos o cifrados.
Recordemos que en el Renacimiento primaba la estructura igual a cuatro voces. Pues bien, en el Barroco se deja a un lado esta igualdad para favorecer el protagonismo de la polaridad bajo - soprano, mientras que la zona intermedia pasa a segundo plano como zona acordal. La melodía para solista con acompañamiento de acordes sustituye pues al estilo polifónico.
A medida que la densidad de las obras crece, el bajo continuo va a desempeñar la función que más tarde hará el director de orquesta.
Destacar que el bajo cifrado se refiere a la técnica de acompañamiento, con carácter improvisatorio, en el que se escribe solamente el bajo con cifras indicando los acordes exigidos.
LA INSTRUMENTACIÓN
La aparición del bajo continuo hace que los instrumentos se dividan en dos categorías:
- Fundamentales, para acompañar:
- Polifónicos, que realizaban acordes: clave, órgano, laúd, tiorba).
- Melódicos de registro grave, que reforzaban la línea del bajo (fagot, viola de gamba).
- Ornamentales, que ejecutaban la melodía (violines, flautas traveseras, voz humana).
ESTILO CONCERTATO
Es la oposición entre diferentes masas sonoras y tímbricas.
Por eso cabe destacar que a raíz del incremento que se da en esta época en la densidad sonora de las obras: aparece la orquesta y pervivie la policoralidad surgida en Venecia, junto con la exploración de múltiples combinaciones de voces e instrumentos exploradas.
